Aunque tú no lo sepas: Almudena Grandes y Madrid


Aunque tú no lo sepas es una película curiosa de Juan Vicente Córdoba cuyo título, además de ser una referencia al relato de Almudena Grandes en que está inspirado todo el filme, es, a su vez, un fragmento de un poema de García Montero (que también ha servido de inspiración para numerosas canciones españolas).

"Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo 
iluminando 
esa parte de ti que no conoces, 
la vida que has llevado junto a mis pensamientos... 

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto 
cruzar la puerta sin decir que no, 
pedirme un cenicero, curiosear los libros, 
responder al deseo de mis labios 
con tus labios de whisky, 
seguir mis pasos hasta el dormitorio. 

También hemos hablado 
en la cama, sin prisa, muchas tardes 
esta cama de amor que no conoces, 
la misma que se queda 
fría cuanto te marchas. 

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo, 
hicimos mil proyectos, paseamos 
por todas las ciudades que te gustan, 
recordamos canciones, elegimos renuncias, 
aprendiendo los dos a convivir 
entre la realidad y el pensamiento."

El relato de Almudena dista en ciertas cuestiones de la adaptación cinematográfica, sin embargo, y aunque ha sido criticada por esto mismo, considero que aporta mejores matices al contexto sociocultural del Madrid de la época (años 70) que desde luego, en un relato corto, no pueden profundizarse.

Entre las novedades que se incluyen encontramos las historias de un grupo de amigos en el barrio de Entrevías, Vallecas, que es precisamente de donde es Juan (Gary Piquer), el protagonista de la historia. Poniendo el foco en esta zona, se puede observar el contraste abrupto que se produce con las personas del centro, como puede ser Lucía (Sílvia Munt). En Vallecas la forma de vida es completamente distinta, pero también el entretenimiento y la forma de hablar lo son. Encontramos a personajes a los que se denomina quinquis, relacionados muchas veces con la droga y las apuestas (en los que hay también un trasfondo de violencia). Todo esto, sin duda, se debe a la enorme diferencia social y educativa, que va ligada también a las clases pudientes de Madrid y a las menos. En este primer círculo entra, sin duda, Lucía, que vive en un piso grande y bien ubicado cerca de la Gran Vía y uno de los barrios más transitados de Madrid como lo es Malasaña.

Lucía va a un buen instituto, y al igual que en el relato de Almudena, sus primeros noviazgos son con chicos de Aravaca, donde el nivel económico tiende a ser más alto. Esto se recalca también en el relato, en el que la propia Lucía describe a estas personas como pijos y adinerados. Por supuesto, el contraste que se produce entre Juan y Lucía es grande, pero lo es aún más con los amigos de Juan. Ya para el final de la película (y también en las tomas que remiten al presente, donde ya son adultos), el espectador se da cuenta de que Juan va dejando progresivamente de lado ese estilo más barriobajero, propio de sus amigos. 

Se estigmatiza también la vida de estas personas de barrio en contraposición con el magnífico final para los dos protagonistas. Mientras que para Lucía y Juan la historia termina de una forma feliz, los amigos de este no sufren el mismo destino, y aparecen desgastados física y económicamente (llegando a suplicar por dinero).  

Son interesantes todos estos matices, sin duda, la forma de caracterizar a los personajes de barrio, frente a la fineza que quiere plasmar el centro no dejan a nadie indiferente. La forma de hablar, la música, los andares y la ideología son grandes pilares para profundizar en esta idea.

Es una película interesante, además, por los diferentes matices que la distancian del relato. Mientras que en El vocabulario de los balcones (1996) la historia se enfoca en el punto de vista de Lucía, que va relatando los hechos de forma cronológica, la película lo hace desde la perspectiva de Juan y a modo de flashback. Las diferencias, de nuevo, aportan nuevas cuestiones que permiten indagar en lo ya mencionado mejor que el relato; asimismo se dejan de lado y se alteran otras que en el relato, con Lucía, comprendemos mucho mejor.

Sin duda, es una película que a los madrileños les va a recorrer por dentro, sea de la forma que sea. Os invito a verla habiendo antes leído el relato.

¡Nos vemos!



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